Tuesday, April 01, 2008

Close to the Edge, Op. 5


Si alguien alguna vez ha presenciado o escuchado una sinfonía clásica, una de las primeras cosas que resaltan al abrir el librito y ver qué demonios está uno por escuchar, es la idea del movimiento. Debería ser muy claro que no nos estamos refiriendo al mismo movimiento que el tal Daddy Yankee tantas veces ha sugerido en su desagradable conjunto de sonidos llamado reggaeton. Nos estamos refiriendo a la estructura de la obra clásica conocida como sinfonía. Toda sinfonía se encuentra dividida en "movimientos" o etapas dentro de la obra, definidas por el tempo que escoge el compositor. De hecho, cada movimiento lleva como "título" el tempo que lo regirá. Generalamente, una sinfonía abre con un movimiento de tempo vivo, alegre, seguido de uno lento, delicado y muy bello, y si la sinfonía consiste de 3 movimientos, cierra con un movimiento vigoroso, culimnando toda la obra en un final grandioso o increíblemente profundo.

Si uno se imaginara a Beethoven complementando esa mítica cabellera y esos sacos de gran estilo con unos pantalones acampanados y, por qué no, unas botas de esas que hoy nos hacen dudar de cualquier orientación sexual, sería muy probable que Beethoven estuviera escribiendo obras épicas de rock. No me cuesta ningun trabajo imaginar a aquellos compositores arriesgados, atrevidos y con grandes, grandes imaginaciones haciendo rock en el ya no tan cercano siglo pasado. Más específicamente, Beethoven habría sido un gran rockero progresivo. Es quizás esta idea la que mejor ilustra lo que los grupos de rock progresivo estaban buscando en los 70: verdaderas sinfonías de rock. Es claro que toda analogía siempre se verá expuesta a todo tipo de contradicciones y planos contextuales que no permitan hacer comparaciones atrevidas, pero Yes bien podría ser la reencarnación musical de algun genio musical de la época clásica. Ya que osamos hacer dicha declaración, de una vez podríamos abusar un poco más: Close to the Edge bien podría ser la reencarnación de una sinfonía clásica.

Dividido en 3 movimientos, y 3 movimientos nada más, este disco bien podría estar programado en cualquier programa clásico después de una buena sinfonía de Ravel o alguna suite de Stravinsky. Quizás los budistas no estaban tan locos y el ciclo de las reencarnaciones es una realidad hasta en las artes. De cualquier modo, los 3 movimientos de este disco podrían bien definir a la perfección la nueva concepción de una sinfonía del siglo 20, la sinfonía del rock. 3 canciones, 3 ideas increíblemente creativas, progresivas, fantasiosas, diferentes que le dan una forma, un sabor cautivante a un concepto:

Primer movimiento: Close to the Edge: Allegro, andante soto voce, allegro vivace
Segundo movimiento: And You and I: Andante, lento, allegro
Tercer movimiento: Siberian Khatru: Allegro rockero, tuta la rola

Hay quienes han declarado que Yes ha sido una de las 3 bandas más importantes del rock progresivo. Y es difícil refutar tales declaraciones cuando una banda logra no sólo marcar la pauta dentro de su género en su tiempo, sino logra proyectar tantas nuevas ideas a todo el mundo musical. Como todo, también fueron parte de un ciclo, y si bien Beethoven y todo compositor clásico fueron adquiriendo una madurez artística que se vio reflejada cada vez más tajantemente en su obra con el paso del tiempo, este disco podría representar el momento de la explosión creativa y la maduración experimental de Yes.

Cada vez que lo pienso, me imagino a Yes creando música al lado de Beethoven, pero si bien Beethoven no tenía por qué compartir su capacidad creativa con nadie (definitivamente no lo necesitaba), no le hubiera caído nada mal un poco de ese mensaje de belleza en el mundo y el amor en las ideas del hombre. Relájate Ludwig...

Los dejo con uno de mis 5 discos favoritos de toda la historia... Chalud la compañía...

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